Exposición Escrita - Arboles y pasturas Rutas Nacionales
20/03/2013
20 de marzo de 2013
Presidente de la
Cámara de Representantes
Germán Cardoso
Presente.
De la mayor consideración
De acuerdo con las facultades que nos confiere el Art. 155 del Reglamento del Cuerpo, solicito tenga a bien cursar a la Presidencia de la República, al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, al Ministerio de Desarrollo Social y por su intermedio al INAU, al Ministerio del Interior con destino a la Dirección Nacional de Policía Caminera, al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, a la Asociación Rural del Uruguay , a la Federación Rural, a la Cooperativa Nacional de Productores Lecheros (CONAPROLE), a las Cooperativas Agrarias Federadas y a las Juntas Departamentales de todo el país, la siguiente:
EXPOSICIÓN ESCRITA
Nuestra exposición refiere a dos temas que ya planteamos en legislaturas anteriores, y creemos que mantienen su vigencia. Uno de ellos – que planteamos en el año 1995- refiere a la forestación en las rutas nacionales. A pesar de que se reconoce que la existencia de árboles al costado de las rutas genera perjuicios y aumenta los accidentes -inclusive a veces los agrava- todavía no se ha presentado una estrategia para encontrar una salida adecuada.
Los árboles y las pasturas existentes en los espacios correspondientes a las rutas nacionales, que son de competencia del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, constituyen un recurso económico que no es utilizado y que se podría destinar a políticas sociales. Efectivamente, el país tiene desperdigado a lo largo de todas sus rutas nacionales y caminos un importante volumen de áreas forestadas que permanecen absolutamente inutilizadas. Este es un capital disponible muy importante, en algunos lugares es producto de la casualidad y en otros como consecuencia de las modificaciones de los predios rurales y que a lo largo de muchísimos kilómetros han dejado un volumen considerable de madera que el Estado no utiliza. En 1995 presentamos al Ministerio de Transporte y Obras Públicas lo que aparecía como una cosa inédita: la posibilidad de que el INAME comprara un local -un ex hotel- en pleno centro de Rocha, a cambio de árboles. El propietario del bien, que se dedicaba a la explotación forestal y conocía bien el negocio, proponía una transacción con el Estado –una operación bien realizada-, a través de la cual éste podía adquirir un bien -que necesitaba y no tenía- en el centro de la ciudad de Rocha a cambio de los árboles plantados en las rutas nacionales. En aquel momento, el Estado no atendió esa solicitud con lo cual el INAME perdió la posibilidad tener un local propio para el hogar femenino, que estaba en una vieja casa arrendada y muy mal ubicada. Este problema que estoy planteando se repite en todo el país.
El Estado tiene un recurso que no explota y que con el paso del tiempo queda inutilizado porque los árboles comienzan a tener determinado diámetro en sus troncos que les hace perder todo o parte de su valor; o se los entrega gratuitamente a las empresas contratistas, tal como ocurrió durante la construcción de la Ruta 7.
El segundo tema es el referido a la disponibilidad de pasturas en las banquinas de las rutas nacionales. Desde hace ya mucho tiempo, mediante el mecanismo de tercerización, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas se ocupa del mantenimiento de las rutas, lo que incluye también la limpieza de las banquinas. El corte de las pasturas, se desecha sin destino alguno. Creemos que bien podría destinarse a forraje para distribuirlo entre los pequeños productores que notoriamente son los que tienen mayor dificultad para alimentar su ganado durante las crisis forrajeras. El mecanismo para aprovechar este recurso es sencillo, bastaría que el MTOP incluyera en la licitación del servicio del mantenimiento de las rutas, una cláusula disponiendo el enfardado de los cortes de pasto. Este producto sería cedido al Ministerio de Ganadería, que se encargaría de proveer a los pequeños productores ganaderos y tamberos. Se trata éste de un sector- generalmente de carácter familiar- que en función de las exigencias del mercado, es el que mayores dificultades tiene para mantenerse en el campo. Y aunque el requisito del enfardado signifique un incremento del costo del servicio de mantenimiento de las rutas, notoriamente el objetivo que persigue compensa esa erogación.
Esperamos que el MTOP reciba estas propuestas cuyo sentido es contribuir a que los recursos ociosos en la órbita del Estado, sean transferidos para financiar acciones dirigidas a los sectores sociales y productivos más vulnerables de nuestra sociedad.
Atentamente
José Carlos Cardoso.
Representante Nacional por Rocha